Ángela Navas, profesora del programa de Biología de la Universidad Central, reflexiona sobre las problemáticas del cambio climático y cómo pueden afectar a Colombia en el corto, mediano y largo plazo.
Se ha comprobado que el cambio climático puede afectar negativamente la seguridad alimentaria de distintas maneras. Una de ellas es el efecto que este tiene en la distribución de la biodiversidad marina, lo que podría generar cambios en la distribución de los recursos pesqueros. Por otro lado, el aumento en la temperatura global (de 2ºC a 4ºC con respecto a la temperatura de finales del siglo XX) llevaría a una reducción en el rendimiento de cultivos como el trigo, la soja, el arroz o el maíz, estos últimos muy relevantes en la producción agrícola colombiana.
Aunque es difícil estimar qué tan lejos estaríamos en Colombia de presentar condiciones como las de Madagascar hoy en día, sí es un hecho que los cambios y la reducción de la producción agrícola, sumada al crecimiento de las poblaciones puede comprometer seriamente la seguridad alimentaria no solo en nuestro país, sino en todo el planeta.
Un efecto que aparentemente no es muy relevante pero del cual se pueden desencadenar consecuencias muy graves para la supervivencia de las poblaciones humanas, tiene que ver con el cambio y afectación de los ecosistemas naturales que nos prestan servicios como la purificación del agua y del aire, la regulación climática, el mantenimiento de los suelos y de su productividad, la polinización, entre otros.
Pero, ¿esto depende solo de las grandes empresas o podemos tomar acción desde casa?
La mitigación del cambio climático debe ser liderada por los gobiernos y realizarse de manera conjunta para que las acciones que se implementen sean efectivas y generen cambios en los mayores generadores del aumento de la temperatura en el planeta. Sin embargo, desde nuestra cotidianidad podemos generar cambios que aporten a este objetivo que tenemos como especie. Algunos de estos incluyen:
- El uso eficiente y consciente de los distintos tipos de energía renovable.
- El uso de medios de transporte de baja emisión como los carros eléctricos o la bicicleta.
- El consumo de alimentos y productos locales producidos de manera sostenible.
- La preservación de los ecosistemas y la reforestación con especies nativas de cada uno de ellos.
- El uso óptimo de los residuos sólidos a través del reciclaje y la reutilización.
- En lo posible cambiar el plástico por bolsas de tela, pitillos biodegradables, envases de vidrio, entre otros.
Otros casos a nivel mundial
El cambio climático no solo impacta en las altas temperaturas
Los habitantes de Madagascar, el primer país del mundo en sufrir hambre debido al cambio climático, consumen hojas de cactus e incluso barro para sobrevivir.
El mundo lleva casi cuatro décadas hablando del cambio climático y sus consecuencias; para este tiempo ya se aborda la denominada crisis climática y la necesidad de generar acciones efectivas frente a ese gran problema que afecta a todas las poblaciones.
Las consecuencias de esta crisis ya se están viendo evidenciadas, como en el caso de Madagascar, el primer país del mundo en sufrir hambruna a raíz del cambio climático, donde alrededor de un millón de habitantes al sur del país se están viendo obligados a sobrevivir consumiendo hojas de cactus, barro o langostas.
Esta situación es provocada por años de sequía, algo que resulta peor que algún conflicto o guerra entre países.
Las Naciones Unidas han lanzado varias campañas para concienciar a las personas y realmente tomar conciencia climática, pues la falta de acciones que mitiguen este impacto, pueden resultar en crisis como la que se vive actualmente en Madagascar.