Colombia lideró compromiso con Ministros de Educación de América Latina y el Caribe para reducir brechas de aprendizaje en la región

  • Disminuir los rezagos educativos que dejó la pandemia es una tarea primordial para los gobiernos de la región. La estrategia para lograrlo debe garantizar la recuperación de los aprendizajes básicos.

Ministros y expertos en educación de Argentina, Brasil, Chile, Cuba, Ecuador, El Salvador, Granada, Guyana, Haití, Honduras, Jamaica, México, Panamá, Perú, República Dominicana, Surinam, Uruguay y Venezuela, se unieron al llamado de Colombia para establecer una hoja de ruta que permita aunar esfuerzos para recuperar los aprendizajes de los niños, niñas, adolescentes y jóvenes de la región.

“El derecho a una educación de calidad y pertinencia, que reconozca la dignidad de cada persona, implica que como hacedores de la política pública debemos garantizar el acceso a los conocimientos fundamentales para poder leer el mundo. También implica hablar de inclusión, de bienestar socioemocional, salud mental y convivencia pacífica. El gran reto que tenemos es convertir a la escuela en el epicentro de la transformación social y cultural. Convoco a los representantes de los gobiernos de América Latina y el Caribe a unirse a este compromiso de acción por las nuevas generaciones”, aseguró la ministra de Educación de Colombia, Aurora Vergara Figueroa.

‘Un compromiso de acción por la Educación’, busca garantizar la recuperación de los aprendizajes básicos de los niños, niñas y adolescentes de América Latina y el Caribe. Los efectos de la pandemia sobre la niñez de la región han sido y serán devastadores.

El informe del Banco Mundial indica que países como Brasil, Colombia y México muestran importantes caídas en el aprendizaje estudiantil en lectura y matemáticas, particularmente en básica primaria. A pesar de los importantes esfuerzos realizados por los gobiernos, profesores y padres, los niños perdieron, en promedio, 1,5 años de aprendizaje durante la pandemia.

Luego de dos años de cierre de escuelas en la región, los resultados del aprendizaje podrían haber retrocedido más de diez años, siendo los más jóvenes y los más vulnerables lo que tuvieron mayor afectación. Las evidencias preliminares de varios países muestran mayores pérdidas en la enseñanza primaria que en la secundaria y entre estudiantes en los niveles socioeconómicos más bajos. Las pérdidas de aprendizaje colectivas perjudicarán a América Latina y el Caribe en el futuro, exacerbando las desigualdades y poniendo en peligro el crecimiento económico.

Al respecto, la ministra Aurora Vergara indicó que, para solucionar esta situación, los gobiernos de la región deben garantizar que los niños, niñas y jóvenes, y por supuesto los maestros y maestras, puedan vivir la escuela con las garantías de calidad, pertinencia y dignidad. “Esto pasa por el acceso a infraestructura digna, a conectividad y a entornos seguros y protectores. También pasa por darle un nuevo sentido a la jornada escolar que permita aumentar las oportunidades de aprendizaje de los estudiantes, a través de una oferta educativa más diversa que integre la cultura y las artes, el deporte, la ciencia, la tecnología y la innovación, y una educación para la Paz”, dijo la titular de la cartera Educativa colombiana.

Luis Benveniste, director regional de Desarrollo Humano del Banco Mundial, sostuvo que “las pérdidas educativas en nuestros países representan una verdadera catástrofe, es urgente trabajar para revertirlas lo más pronto posible y con especial atención a los más jóvenes y los más vulnerables. El compromiso por la educación es una herramienta fundamental, que se apoya en la noción de que nadie debe quedarse atrás, única manera de avanzar hacia el desarrollo sustentable e inclusivo”.

Garry Conille, director regional de UNICEF para América Latina y el Caribe, precisó que “en América Latina y el Caribe estamos viviendo una crisis educacional sin precedentes que tendrá repercusiones enormes y duraderas para toda la sociedad. Actualmente en nuestra región, por el efecto de la pandemia, se proyecta que 4 de cada 5 niños y niñas no sabrán leer un texto sencillo. ¿A qué futuro profesional y técnico podrían aspirar si, desde su infancia, no cuentan con las habilidades fundamentales del aprendizaje?”.

Por su parte, Claudia Uribe, directora de la Oficina Regional de Educación para América Latina y el Caribe de la UNESCO, expresó que “vivimos un momento histórico en el que debemos fortalecer la cooperación para trabajar por la recuperación y transformación de la educación de nuestros países. Esta es una prioridad luego de que la COVID-19 exacerbara las desigualdades educativas y limitara el derecho a la educación de las poblaciones más vulnerables en América Latina y el Caribe. La región experimentó la interrupción de las clases presenciales, la más prolongada del mundo, que afectó a más de 170 millones de estudiantes y sus familias. Los impactos de esta crisis aún continúan y demandan acciones inmediatas y coordinadas para rescatar el presente y el futuro de niñas, niños y jóvenes de nuestra región”.

La jefa de Educación del Banco Interamericano de Desarrollo -BID, Mercedes Mateo, expresó que “la educación, y en especial la acumulación de habilidades básicas, es clave para superar las desigualdades estructurales, mejorar la movilidad social e impulsar el crecimiento de la productividad que necesita la región”.

“Este encuentro regional permite articular los esfuerzos entre los gobiernos, los organismos de cooperación internacional, el sector privado y toda la ciudadanía, con el objetivo de implementar acciones urgentes, inmediatas y firmes para la recuperación educativa. Urge redoblar los esfuerzos para eliminar las desigualdades y lograr una justicia educativa, priorizando a las y los estudiantes más vulnerables “, expresó Sarah Stanton, Gerente del Programa de Educación de Diálogo Interamericano.

Cabe destacar que este encuentro forma parte de las iniciativas por el ‘Compromiso para la Acción sobre los Aprendizajes Básicos’, un mecanismo oficial impulsado a nivel global por el Banco Mundial, UNICEF, UNESCO, USAID, el Ministerio de Relaciones Exteriores y de la Mancomunidad de Naciones del Reino Unido (FCDO), y la Fundación Bill y Melinda Gates, y más recientemente, en América Latina y el Caribe, por el BID, El Diálogo Interamericano, el Ministerio de Educación de Colombia y la Secretaría de Educación de Bogotá.

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